¿Se pueden congelar las patatas?

Suele ser habitual la recomendación de no congelar las patatas para su  conservación. Efectivamente si se congelan directamente dejaría de estar apta tras su descongelación. No obstante, hay un método que lo permite, y que pasa irremediablemente por ser cocidas o cocinadas de forma previa. De hecho, en puré o cocinadas al horno, cualquier receta de papa se puede guardar para más adelante.

¿Puedo congelar puré de papas?

Para congelar el puré de papas deja que se enfríen por completo, coloca el puré de papas en bolsas para congelar con cierre hermético y presiónelas para que queden en una capa uniforme. Esto ayudará a ahorrar espacio en el congelador y permitirá que las papas se descongelen más rápido. Puedes recalentarlos suavemente en la bolsa.

¿Puedo congelar sopas a base de patata?

Las sopas a base de patata también se pueden congelar, junto con sopas y guisos.

¿Puedo congelar papas al horno?

Las papas al horno sobrantes se pueden congelar, pero recomendamos convertirlas en patatas fritas cortándolas en gajos antes de congelarlas para asegurar un recalentamiento parejo.

¿Cómo congelo papas frescas?

Las patatas frescas se pueden congelar; sin embargo, debes tomar algunos pasos adicionales para asegurarse de que su calidad se mantenga en el proceso de congelación. Antes de congelar las papas deberás blanquearlas. Blanquear significa cocer parcialmente y enfriar rápidamente un ingrediente.

El primer paso es pelar las patatas y ponerlas en agua fría, asegurándote de que estén sumergidas para que no se pongan marrones. Pica las patatas más grandes para que todas las piezas sean aproximadamente del mismo tamaño y asegurar así una cocción uniforme.

Luego, hierve una olla con agua. Vuelve a lavar las patatas antes de blanquearlas en el agua durante tres a cinco minutos, dependiendo de su tamaño.

Usa una espumadera para sacar los trozos de patata del agua y sumergirlos en un recipiente con agua helada. Esto detiene el proceso de cocción antes de que las papas se vuelvan blandas.

Una vez frías, escurre las patatas y colócalas en una bolsa para el congelador. Es mejor usar un sellador al vacío, porque extrae más aire. Cuando quieras comer las patatas, saca una bolsa del congelador, déjala descongelar y cocina como de costumbre.

Obtendrás una mejor textura si las dejas descongelar en el frigorífico durante la noche en lugar de usar el microondas. Puedes congelar las patatas de varias maneras, ya sea que las quieras cortadas en cubos, ralladas, gratinadas, en puré, fritas o al horno.

Una vez que las papas están congeladas, pueden embolsarse en bolsas para congelar con cierre hermético y almacenarse hasta por 10 a 12 meses. Aunque, son mejores cuando se usan dentro de los seis meses.